Hoy en día la espiritualidad está cogiendo cada vez más fuerza, y cuando digo a la espiritualidad, no me estoy referiendo a la religión. Es más, creo que la religión así como lo hemos venido conociendo, está perdiendo cada vez más peso en la sociedad actual. Si quieres leer más acerca de la diferencia de estos dos aspectos que muchas veces se confunden, te invito a leer esta entrada.
Somos seres espirituales, un título afirmativo y contundente. Estoy segura de que muchas personas al leer ése título se han echado para atrás, pensando que esto no es para ellos o que es algún tipo de secta… ¡Qué mal informados estamos! Hoy, para ir acabando, o por lo menos minimizando esta ignorancia, te invito a quedarte a leer y abrir la mente a todo lo que te vayamos a decir. Pero recuerda, nosotras no tenemos la verdad absoluta, tu verdad solamente está en un lugar, en tu interior. Pero para saber cual es, tendrás que naufragar por diferentes lugares y paisajes para saber dónde te sientes a gusto y qué es lo que vibra en ti.
Ser espiritual
Llegamos a relacionar una actividad o práctica con ser espiritual, pero se nos olvida que nuestro lado espiritual ya está en nosotras desde que nacemos. Para entender esto, tenemos que salid del rol de ‘ver para creer’ y sumergirnos en ‘creer para ver’. Vivimos en una sociedad que lo tiene que corroborar todo con sus propios ojos, y esto no puede ser siempre así, por eso, negamos muchas verdades solamente por no poder verlas con nuestros ojos.
Pero resulta que si miramos más allá de nuestra piel, más allá de nuestros átomos, más allá de nuestros protones, electrones y neutrones… somos tiras de frecuencia. Si, tiras de frecuencia. Energía de una cierta frecuencia manifestando un cuerpo material en este plano físico. Al entender esto, entendemos que somos seres espirituales, más allá de las prácticas que llevemos a cabo, tan solo porque nuestra frecuencia influye en nuestro exterior, y el exterior influye en nuestra frecuencia. Eso es lo que nos hace espirituales.
Una persona que sea consciente de esto, será más consecuente con lo que hace, pues sabe qué consecuencias puede tener. Por ello, es importante saber que una persona no es más ni menos espiritual por hacer algo o no, todos somos espirituales, pero una persona puede estar más conectado a ese lado suyo que otra persona.
Para explicarlo todo más adecuadamente, llevemos nuestra atención a nuestro cerebro.
La creación de la mente
Sabemos que tenemos un cerebro en la cabeza, pero al hablar del cerebro, no estamos hablando de la mente. Son dos cosas diferentes. La mente es un cerebro en funcionamiento, es decir, en un cerebro muerto, sin funcionamiento, no existiría la mente.
Pero… ¿qué es eso que le hace estar vivo al cerebro? La conciencia. Resumiendo, si al cerebro le sumamos la conciencia, nace la mente, y ahí nace la vida mental.
Podemos encontrar dos tipos de conciencia, la conciencia objetiva y la subjetiva. La conciencia subjetiva es la encargada de todo lo consciente, y la objetiva emerge todo lo subconsciente. En este lado subconsciente es donde se encuentra una inteligencia superior, una inteligencia universal que vive con y en cada uno de nosotros.
Hay un mundo desconocido más allá de todo lo que nos enseñan en nuestra vida, ya que nuestro objetivo es producir, y si una persona conecta con esa inteligencia, el producir no tiene ningún valor.
Por decirlo de otra manera… somos seres poderosos que desconocen su poder.
Encontrémosle la lógica
El sentido o la razón de esta causa se nos queda grande, ya que nos viene desde más lejos de nuestro entendimiento, pero poco a poco se puede llegar a entenderlo y decidir cómo queremos vivir. También me gustaría hacer una pequeña mención a nuestro camino individual, y es que cada una de nosotras estamos llevando a cabo un viaje individual y en base a nuestras experiencias y de lo vivido, la evolución de cada persona también tiene sus tiempos. Todos vamos de la mano, pero no en la misma línea.
Por eso, las siguientes palabras te pueden venir grandes, puedes sentirte amenazada, incluso vacilada o engañada, pero nuestro objetivo es poner la realidad sobre la mesa, y que cada uno vibre con lo que vibra en su misma frecuencia.
Si te das cuenta la mayoría de la gente empieza a ‘despertarse’ en el momento que no le encuentra sentido a la vida.
¿Esto es todo? ¿He venido a trabajar, producir y crear? Espero que haya otra vida, esto no puede ser todo…
¿Te das cuenta que qué tan fuertes son estas afirmaciones? Estamos mirando al más allá en vez de darle la vuelta a lo que tenemos aquí y ahora.
No, no hemos venido a producir, no hemos venido a ser simples marionetas. Hemos venido a evolucionar como especie, pero la maldad de cierta gente nos lo está haciendo difícil. Otro día os hablaré de nuestra mente y su naturaleza, pero deciros que nuestra mente es maravillosa y que lo podemos usar a nuestro beneficio. Pero ojo, también para nuestro propio mal, e incluso puede ser manejado.
Oh si, lo has escuchado bien, manejado. La sensación de tener todo el control de tu vida, te puede parecer real, pero no puede ser más falso. Esto es un tema bastante delicado y largo, por lo que lo dejo aquí, pero no dudes en comentar tu punto de vista y si quieres que haga más posts sobre esto ¡házmelo saber! =)
Evolucionar como individuos para evolucionar como colectivo
Somos un equipo. Así como cada persona está compuesta por muchísimas tiras de frecuencia que se vuelven átomos y acaban siendo personas físicas, pasando por más estados. Lo mismo pasa con la sociedad, somos un colectivo creado por un montón de personas y sus acciones. El resultado de todos y cada uno de nosotros y nuestra acciones, es la sociedad. Por eso es importante saber dónde está nuestro hueco, cual es nuestro papel, para qué hemos venido, quien nos para y quién nos ayuda avanzar…
Eso es evolución.
Eso es lo que permite trabajar la espiritualidad.