Si has viajado por India o Nepal puede que ya hayas escuchado anteriormente sobre estas personas llamas Sadhu. Pero es muy probable que sean totalmente desconocidas para ti, ya que no se suele escuchar mucho de ellas. Hoy os quiero hablar más sobre estas personas, su estilo de vida y sus creencias.
¿Quieres saber más? Pues quédate conmigo 😉
Las etapas de la vida
En el hinduismo se entiende que nuestra vida se divide en cuatro etapas (ashramas) y cada persona debería de pasar por cada una de ellas a lo largo de su vida. Brahmacharya (etapa de aprendizaje), Grihastha (etapa familiar), Vanaprastha (etapa de jubilación) y Sannyasa (la etapa errante). Son cuatro etapas con un punto de mira diferente en cada uno, pero tienen un aspecto en común: el Dharma. Ese aspecto moral que llevamos dentro y no dejaremos que se pierda en ninguna de las etapas. Si quieres saber más acerca del Dharma, te sugiero visitar esta entrada.
Se sabe que estos Ashramas tienen su origen en el S. V a.C. los cuales estaban plasmados en los Ashrama Upanishads. Debido a todo el tiempo pasado, estas etapas también han sufrido cambios, como todo en esta vida, y aunque en un pasado se creía que cada personas debería de seguir estas etapas, hoy en día se entiende que no son más que ideales y cada persona tiene total libertad de elegir por qué etapa quiere continuar. Aunque hay que decirlo, que todavía en el ámbito socio-religioso tiene bastante peso.
Brahmacharya Ashrama
Esta etapa se entiende como aquella que la persona debe de dedicar su tiempo al estudio, un estudio personal, así como espiritual, acompañado de diferentes gurús.
Grihastha Ashrama
Esta etapa empieza cuando una persona tiene que hacerse cargo de su familia, y junto al Dharma, empieza a darle importancia al Artha, la gratificación material. También es cuando la persona se entrega al placer sexual, siempre siguiendo ciertas normas sociales. Se piensa que cuando una persona se vuelve canosa y con arrugas, debe de retirarse, salir de su casa e ir al campo. Aunque la mayoría de las veces, esta etapa dura toda la vida.
Vanaprastha Ashrama
Un vez se retiren de la etapa anterior, se mueven al campo, donde una vez renunciados los placeres sexuales, materiales y físicos, puede dedicar su tiempo a orar. Se entiende que sus hijos ya han crecido, ya ha sido abuelo y su papel ha cambiado. Ahora aparte de orar, también deberá enseñar Dharma a aquellas personas que acudan a él. Esta etapa ya casi no se lleva a cabo, ya que es una etapa difícil para una persona de edad.
Sannyasa Ashrama
En esta etapa, una persona debe de estar libre de cualquier apego, y cuando digo de cualquier apego, me refiero hasta de un techo donde alojarse. Se convierten 100% en oradores, dedican su tiempo a Dios y al buen hacer, dicho de otro modo, dejan de vivir experiencias mundanas para conectarse con la conciencia superior que en todos nosotros habita. Aquí, en esta última etapa, es donde se encuentran los Sadhus, personas que han renunciado a los placeres mundanos para seguir en conexión total con un mundo espiritual conscientemente.
¿Vagabundos sin rumbo?
Es posible encontrarte con algún Sadhu al ir paseando por diferentes ciudades de India, y pasarlos por alto pensando que son personas sin hogar que han quedado sin nada. Nada más lejos de la realidad, nunca pensarías que viven ese estilo de vida por decisión propia y con mucho gusto.
Pero… ¿qué es lo que hacen? Estas personas dedicadas y trabajadas interiormente, dedican su tiempo a prácticas yóguicas y tienen como objetivo peregrinar entre las ciudades más sagradas como pueden ser; Rishikesh, Varanasi, Pushkar, Haridwar, etc.
Por tanto, vemos que no andan sin rumbo. Puede ser que incluso con más rumbo que muchas personas. Con lo que hemos sabido de ellos hasta ahora, podemos afirmar que están muy trabajados espiritualmente, han transcendido a lo mundano, no teniendo ningún apego a lo que esta vida material nos ofrece. Estamos tan acostumbrados a lo que nos rodea, los cuales muchas veces son lujos y privilegios, que no imaginamos nuestra vida sin ello. Es más, pensar en dejar de lado ciertos aspectos, puede hacernos sentir como ovejas negras.
Estas personas, los Sadhus, saben lo que son, de dónde vienen y qué quieren hacer con su tiempo, sin dejar que nada interno o externo, les saque de su centro.
El papel de las mujeres
Aunque este apartado quede cortito, quería dedicarle el suyo propio, sin quitarle la importancia que tiene. La presencia de las mujeres en este estilo de vida, es del 10%. Un porcentaje muy pequeño comparado al de los hombres, pero lo que más me ha sorprendido, ha sido el porqué de su decisión. Muchas mujeres deciden volverse Sadhvis después de quedarse viudas, ya que la vida de una viuda (por lo que he leído) no es fácil.
Aun así, no todas las Sadhvis son mujeres viudas, sino una parte de ellas. Hay mujeres las cuales han decidido llevar esta vida por su propia decisión.
Diferentes familias de Sadhus
Todos los Sadhus y Sadhvis, no veneran al mismo Dios, ya que se reparten entre los que siguen a Shiva, Vishnu y Brahma.
Los Vishnuítas se reconocen por sus líneas verticales pintadas en la frente. Entre las ramas más importantes podemos encontrar las ramanandis, tyagis y sakhis.
Los Shivaítas se reconocen po las tres líneas horizontales pintadas en la frente, representando los tres aspecto que Shiva quería destrozar; el egoísmo, la ilusión y el deseo. Entre ellos podemos encontrar los nagas, los jattas, los aghoris, los udashin y los yoguis.
Amar Bharati
Este Sadhu se ha hecho bastante conocido últimamente, y es que se trata de un hombre con la mano derecha alzada desde hace, nada más ni nada menos que, 45 años.
Un día Amar sintió un vacío en su vida, no le veía sentido a pesar de tener una mujer y tres hijos y su empleo que le permitía llevar una vida cómoda. Miraba a su alrededor y veía que todos los que le rodeaban era pobres, y no le encontraba ningún sentido a esto. Amar decidió abandonar su cómoda vida, incluyendo a sus seres queridos, y convertirse en Sadhu, un peregrino en busca de sentido. Él pertenecía a los Shivaítas por lo que cogió un tridente y dejó atrás todo lo demás que le pertenecía.
Pero todo no se quedó ahí, Amar decidió alzar su mano derecha como símbolo de la paz, y permanece por más de 45 años en esa misma postura. Con el paso del tiempo, sus músculos se atrofiaron y los huesos se calcificaron, por lo que hoy en día no cuenta con la funcionalidad de ese brazo. Eso si, se ha convertido en un gesto conocido entre los seguidores de Shiva.

https://ireneu.blogspot.com/2013/07/amar-bharti-40-anos-con-el-puno-en-alto.html

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