La respiración yóguica, es la unificación e integración de los distintos tipos de respiraciones: (abdominal, costal y clavicular). Si quieres conocer el funcionamiento de tu cuerpo ante la respiración pincha aquí, y podrás comprende mejor, como usar la respiración yóguica.
Siempre que elegimos un pranayama para acompañar nuestra práctica de yoga, optamos por elegir si lo hacemos de manera abdominal, a través de la caja torácica o las clavículas.
La respiración completa, o respiración yóguica, como se le suele llamar , es muy poco utilizada. Sólo practicantes muy avanzados son capaces de combinar los tres tipos antes nombrados.
Se trata del método más eficaz para ventilar por completo los pulmones. Asegura una máxima captación del oxígeno y prana, a la vez que elimina por completo el dióxido de carbono y apana.
¿Te causa curiosidad y te gustaría saber un poquito más? Sigue leyendo, porque te cuento todos los detalles.
Beneficios de la respiración yóguica
- Uno de los beneficios concretos de ésta práctica, a parte de los generales del pranayama, es el aumento de la capacidad pulmonar, logrando así que nuestros pulmones estén sanos y fuertes. Aumentamos su elasticidad y también la del tórax.
- El flujo de oxígeno, llega hasta la última célula del cuerpo y nos ayuda a sanar.
- El estrés, la ansiedad, malas posturas, la exposición a contaminantes atmosféricos y nuestro ritmo acelerado de vida, pueden provocar una respiración corta y rápida; reduciendo así el flujo del pana y de oxígeno necesario. Esto provoca, que nuestros pulmones pierdan vitalidad, tonificación y amplitud. Además de una mala salud energética, ya que bloquea los nadas y los chakras (centros energéticos). Pues bien, practicando la respiración yóguica, estaremos contrarrestando todo lo citado.
- Para nadie es un secreto, que una buena respiración genera cambios positivos en nuestra salud eliminando toxinas, purificando la sangre y tonificando el corazón, el sistema nervioso, la médula espinal y el cerebro.
- La actividad mental se correlaciona con la respiración. Con el pranayama reducimos el número de respiraciones y con ello nuestra actividad mental. Por eso, conviene practicarlo antes de la meditación, pues ayuda a controlar a la mente, generando estados de meditación más profundos.
- Otros beneficios muy importantes, son el incremento del rendimiento intelectual, la mejora de la memoria y de la concentración. Esto nos ayuda a relajarnos, a eliminar los pensamientos y las emociones negativas, brindando una sensación de paz y armonía interna.
¿Cómo practicar la respiración yóguica?
Para practicarla por primera vez, lo mejor es hacerlo tumbada en la postura de shavasana, colocando una mano sobre el abdomen y otra sobre el costado (debajo de la axila), o sobre el pecho. Cuando ya se domina, podemos hacerlo sentadas y sin la ayuda de las manos. Con el tiempo esta práctica se vuelve natural y se utiliza para casi cualquier tipo de respiración en la práctica de pranayama y asana.
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- En primer lugar, vacía bien los pulmones con una expiración profunda. Seguidamente, haz una inspiración lenta y profunda, dejando que el aire vaya hacia la zona baja de los pulmones. Te darás cuenta como a medida que desciende el diafragma y el abdomen se expande. Hay que notar como se eleva la mano que tenemos apoyada sobre el abdomen sin llegar a hincharse como un balón. Debe ser una respiración relajada (que no tense), pero con control de la cintura abdominal.
- Cuando la parte baja de los pulmones, esté llena de aire, expandimos el pecho separando las costillas (sin forzarlas), permitiendo la entrada de más aire hacia la zona media de los pulmones. Ahora, sentiremos como la mano apoyada en el pecho comienza a elevarse. Y finalmente levantamos las clavículas (sin elevar los hombros), y seguimos llenando la zona con más aire. De ésta manera, lograremos llenar los pulmones por completo.
- La expiración se efectúa en sentido inverso: Lentamente, sin brusquedad ni esfuerzo. Vaciamos primero la parte superior de los pulmones, luego la zona media, sintiendo como el pecho se desinfla y por último, la zona baja de los pulmones y el abdomen desciende hasta que sale el último resto de aire.
- Algunas escuelas, también recomiendan hacer la expiración en sentido inverso: vientre, tórax, clavículas. Realmente lo importante es efectuar los tres pasos encadenados. El orden en el que lo hagas pasa a ser secundario. Asique te animo a que pruebes ambos y elijas cual de ellos te viene mejor.
- La respiración, es silenciosa, lenta, continua y cómoda.Sin forzar, jamás. El aire debe entrar y salir progresivamente, sin sacudidas y sin cortes. Toda la atención consciente, ha de estar en el acto respiratorio, de manera que los tres movimientos de la respiración resulten claramente discernibles, pero armoniosamente encadenados. Éste tipo de respiración yóguica, no debe crear ni molestias ni fatigas. Ha de respetarse siempre, el impulso natural de el flujo de tu respiración.
Recuerda que …
Si durante el pranayama aparece la sensación de mareo, no debemos alarmarnos. No estamos acostumbradas a respirar largo y con consciencia; psique es posible que hiper o hipo-ventilemos. Basta con detener la respiración y nos recuperaremos inmediatamente.
Con la práctica continuada, estas sensaciones, serán cada vez menos usuales hasta llegar a desaparecer por completo. También debemos tener en cuenta, que es esencial un completo dominio de la exhalación y la inhalación antes de realizar cualquier tipo de retención.
Es sabido, que una respiración agitada va asociada a un estado mental alterado; mientras que una respiración lenta, proporciona bastante serenidad mental. Por lo tanto el equilibrio de ésta, pasa por una respiración regular, donde la longitud de la inhalación y la de exhalación han de ser iguales.
Y para terminar éste artículo por todo lo alto, te comparto una cita del maestro IYENGAR:
Como los radios de una rueda se ajustan en el eje, así todo se halla ajustado al aliento vital. La vida, se mueve al compás de la respiración.
NAMASTE