El equilibrio es fundamental en la vida, no solo en el yoga. En movimientos automáticos como caminar, el equilibrio juega un papel único y prioritario en la función vital. Hoy veremos algunas de posturas de equilibrio en yoga más conocidas.
Trabajar en asanas que ayudan al rendimiento básico de la actividad motora no solo es fundamental, sino necesario para la salud general del cuerpo. El equilibrio mejora el rendimiento de la vida que va mucho más allá de los límites de la esterilla.
Así, el equilibrio que uno logra fuera, se refleja en el equilibrio interior. Al lograr la coordinación y la plena atención que el cuerpo necesita para mantener una postura de equilibrio, esta habilidad se reflejará también en el equilibrio de nuestra mente y emociones.
Beneficios de tener un buen equilibrio
El sentido del equilibrio desarrolla la ligereza, la fortaleza y la agilidad, mejora el tono muscular de las piernas y fortalece los músculos de la espalda.
La amplitud del movimiento aumenta, el cuerpo se mueve con mayor fluidez, se tonifican los abdominales, se fortalecen los tobillos y cada parte del pie (o en el caso del equilibrio en las manos, manos, muñecas y hombros), y también las actividades. más intensos se vuelven no solo más fáciles sino también más accesibles.
Postura del árbol o vrksasana
Nos colocamos con los pies juntos y los brazos a lo largo del cuerpo, en tadasana. A continuación centraremos nuestra mirada en un punto fijo para mantener el equilibrio y, poco a poco, y con control subiremos nuestra pierna derecha hasta colocarla en la cara interna del muslo izquierdo, de forma que la planta del pie este totalmente apoyada en el muslo (nunca en la articulación de la rodilla). Podemos quedarnos con las manos juntas a la altura del corazón o, poco a poco subir los brazos por encima de la cabeza hasta extenderlos completamente y juntar las palmas de las manos. Nos mantendremos aquí entre 10 y 20 respiraciones.Luego repetiremos lo mismo con el otro pie.
Virabhadrasana III
La postura de Virabhadrasana III o postura del guerrero 3 es una de las asanas más desafiantes del Iyengar Yoga, una pose de pie dinámica que estabiliza todo el cuerpo al integrar todos los músculos del core, los brazos, las piernas y los glúteos.
Es la tercera variante de la postura del guerrero, y lleva el nombre del mitológico guerrero hindú Virabhadra, representado con mil cabezas, mil brazos y mil ojos en llamas.

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De las tres posturas del guerrero, esta es la que más desafía el equilibrio, la fuerza y la concentración. Es difícil mantener el equilibrio, a la vez que flexionas correctamente la cadera, estiras los tendones y dejas la mente tranquila; pero cuando se hace correctamente, sientes una sensación de libertad y alegría.
Natarajasana
Otra de las posturas de equilibrio en yoga es la postura del bailarín.
Comienza de pie en Tadasana. Mira hacia delante y fija la vista en un punto. Respira profundamente y centra la mente.
Dobla la pierna derecha hacia atrás y agarra el pie derecho con la mano derecha. Con el brazo derecho, levanta suavemente el pie derecho. Levanta el brazo izquierdo estirado y ligeramente hacia delante. Levanta más el pie derecho y reduce la inclinación del tronco. Respira uniformemente y aguanta 20-30 segundos. Espira y baja los brazos y la pierna. Repite de pie sobre la pierna derecha.
Bakasana
Bakasana o la postura del cuervo es una asana avanzada de equilibrio sobre las manos. Si no la has practicado nunca, puede parecer que necesitas mucha fuerza muscular en los brazos, pero en realidad el esfuerzo está más localizado en las Bandhas (Uddiyana bandha y Mulha bandha). Es decir, que la fuerza se concentra en el abdomen y la zona pélvica.
Como en la mayoría de las asanas, la postura del cuervo en yoga trabaja las fuerzas opuestas. Por un lado, enraizamos lo que toca el suelo, y en este caso las manos crean la base estable. Por otro lado, alargamos con ligereza lo que apunta al cielo, que aquí son las nalgas, gracias a la contracción de las Bandhas.