Como habrás leído en el título, hoy te quiero hablar a ti, profe de Yoga. Quiero invitarte a estar abierto a cualquier cambio en tu forma de enseñar, a cualquier comentario constructivo, a aprender de lo que te regala la vida. Todos estamos en un camino de evolución y aprendizaje continuo, pero a veces nos perdemos en los títulos y creemos que nuestro aprendizaje se termina ahí.
¿Has escuchado hablar sobre el Ego espiritual? Pues resulta que algunas personas que están en este camino, se piensan que son más, que son mejores que otras personas. Resulta que éstas personas no han entendido la base de todo, que cada uno tiene sus tiempos, que cada uno está andando su camino, y ese camino está lleno de interacciones que nos hacen aprender y compartir nuestros conocimientos. Si vamos bloqueando el flujo pensando que sólo podemos enseñar o sólo podemos aprender, estaremos cerrando la puerta a esa energía compartida. Así es como todo empieza a desvanecerse.
Si quieres leer más sobre el tipo de educación que apoyo, ¡sigue leyendo!
La educación no es unidireccional
La sociedad muchas veces está construida para ir en contra de la vida. Y, pensarás que menuda gilipollez acabo de soltar, porque la sociedad es parte de la vida. Pero, ¿te has parado a pensar, realmente, en nuestro estilo de vida, sistema de enfermedad, sistema de educación, etc? Nada, absolutamente nada, está diseñado para una vida plena, es más, está diseñado para el beneficio de ciertos actores que la ciudadanía no forma parte.
Pues lo mismo pasa con la educación, y es que forma parte del plan. Desde que nacemos estamos aprendiendo, el día a día nos lleva a aprender cosas nuevas que hacen que vayamos ampliando nuestro conocimiento, hasta que entramos, antes o después en el sistema de educación (cabe decir que sigue el mismo patrón de hace bastantes años) y de ahí salimos sabiendo lo que debemos saber.
Pero, ¿qué es lo que debemos saber?
Salimos de la escuela sin saber vivir
Exacto, lo has leído bien. A lo mejor sabes hacer logaritmos, sabes quién nació el 11 de diciembre de 1358, te has leído 15 libros que no te han aportado nada pero han llenado el temario anual, incluso sabes decir cuál es el objeto directo de una oración. Siempre he tenido la duda de para qué me perdí tantas horas de mi vida aprendiendo y queriendo entender cosas que no me gustaban y además no me iban a servir nunca en mi vida. Todavía sigo sin encontrarle ninguna explicación.
Pero resulta que si apruebas todo, sales sabiendo lo que debes saber. Y así, vas avanzando en la vida de los conocimientos hasta que llegas a la cima de tu campo. Y ahí es cuando sientes que estás en posición de enseñar. Y ojo, no digo que no lo estés, pero estar en posición de enseñar no quiere decir que no estés en posición de aprender.
Esto pasa con todo en la vida, los que por costumbre son posicionados en escalones superiores, se entiende que enseñan y los demás aprenden, porque si lo dice ‘el de arriba’ es que es así. Olvidando que eso es adoctrinamiento, y esa no es la filosofía de la vida. Y prestándole atención a la ciencia de la vida, el Yoga, resulta que no podemos caer en el adoctrinamiento de las personas. Pensar que la mayoría de las personas lleva un estilo de enseñanza que no es el apropiado no es justificación para hacer lo mismo.
La vida evoluciona y así debe de hacer el Yoga
Sabemos que el Yoga tiene bastantes años, eso le hace ser una ciencia sabia y próspera. Pero si caemos en la falsa creencia de que lo que fue tiene que ser para siempre, caeremos en el estancamiento. Porque, si el Yoga es la ciencia del Yoga, y la vida va cambiando… ¿cómo es posible que el Yoga no lo haga? Es imprescindible cambiar, evolucionar y avanzar con la vida. Así es como el Yoga será más beneficioso para la humanidad. Siempre ajustándolo a la realidad que estamos viviendo y acordándonos de aprender de todo lo que se nos presenta.
Si habéis leído más entradas mías, sabéis que el profesor que más me ha gustado en toda mi vida, fue mi profesor de filosofía en un curso de Yoga. Lo sé, no paro de decirlo, pero es que me marcó. Me marcó su amplio conocimiento y su poder de amoldarse. No nos enseñaba teoría, no nos decía esto es así o esto es asá, nos daba el punto de vista que él tenía, al cual había llegado después de aprender, leer, escuchar e investigar mucho, para después sacar sus propias conclusiones.
Y eso, para mi, es ser un gran hombre.
Busca tu sentido
Este es el consejo que te quería dar después de todo. Que busques tu sentido. El Yoga tiene tantos caminos como corazones existen. Tiene las bases que obviamente no son cambiables, pero si las interpretaciones. Encuentra tu sentido, encuentra tu interpretación, tu camino, tu porqué, tu visión, y trabaja por ello. Tu trabajo no es ser un libro que habla, para eso que lean el libro directamente, tú estás aquí para poder alzar TU voz y decirle al mundo lo que tienes dentro.
Quiero invitarte a hacer un ejercicio sencillo y complicado a la vez. Pero hazlo con paciencia y siendo totalmente sincera contigo misma. Escribe qué es el Yoga para tí, qué ha aportado a tu vida, qué conceptos destacarías de él, con cuáles te sientes identificada, con cuáles no. Ahora cierra los ojos y siente todo lo que has plasmado en el papel. Siéntelo en cada poro de tu piel, en cadaa esquina de tu cuerpo. E identifícate con ella.
Cuando sepas dónde está tu sitio, cuando sepas por qué haces lo que haces, todo será más fluido, todo será más cambiante, porque sabrás en todo momento lo que vibra en ti y lo que no, lo que ya no resuena, y por hende, es hora de despedirlo. Es ahí donde estarás abierta a los aprendizajes que te regala la vida, en vez de estar bloquendo el flujo y estancándote en un campo con el cual no te identificas del todo.
DESPRÉNDETE DE TODO LO QUE SABES Y ES AHÍ DONDE FLORECERÁS
Antes de irme quiero dejarte este post donde podrás ver algunos documentales de Yoga y ampliar tus conocimientos, así como encontrarte con diferentes ideas que hasta hoy no lo habías hecho.
¿O sí?
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