Con el microcuento hindú que os presentamos hoy: « Bambú y las plumas de pavo real » y aterriza la sexta de muchas historias, que formarán parte de ésta maravillosa sección a la que hemos llamado: «Historias milenarias de la India». Donde recordemos, dejaremos nuestra mente volar a un mundo lleno de fantasía, que nos hará conectar con la más pura realidad.
Y sin más rodeos, te invito a sumergirte en éste maravilloso microcuento hindú, extraído del libro «Cuando Occidente se olvidó de Oriente, se desorientó» ; relatos editados por el Swami Prima Rajendra Das.
Pasen y disfruten de éste microcuento hindú:
Bambú y las plumas de pavo real
Entre muchas plantas hermosas en en rincón del jardín de Swami Gurudeva, creció un bambú.
El maestro cuidaba todas las plantas igual de bien y diariamente las regaba con mucho esmero. Solamente al bambú, el cual no necesitaba mucha agua lo tenia un poco más abandonado.
El bambú no entendía el porqué. Y muy a menudo se ponía triste… pensaba:
_» Mi maestro no me aprecia, porque no me cuida tanto ni con tanto esmero como a las demás flores del jardín. Toda la gente que pasa alrededor, adimira a las lindas y coloridas flores y a mí… ni siquiera me ven. ¡Esto no es justo!», se lamentaba desesperado.
Una vez paseando por el jardín, un pavo real se sentó cerca del bambú y ligeramente le rozó con su suave pluma irisada.
Entonces el bambú decidió desahogar su corazón y le dijo:
_ Me gustaría contarte algo… ¡soy tan infeliz!
_Ya _ dijo la pluma del pavo, yo también.
_ Bien, pero primero déjame que te cuente y escucharme a mí, por favor_ sugirió el triste bambú. _No soy bonito para nadie, y nadie me quiere… hasta para el maestro soy el último_
_ Ya… te entendemos perfectamente. Con nosotras es igual_ dijeron las plumas del pavo real. _Tenemos el mismo sufrimiento. Nosotras somos la belleza de nuestro amo, pero él… ¡nunca nos cuida! Y lo peor de todo, es que a menudo por el camino nos pierde y no se da ni cuenta_
_Así me siento yo también, exactamente como tú _ dijo el comprensivo bambú con voz temblorosa.
Finalmente, deseando aliviar su dolor, se pusieron de acuerdo para ir a hablar con el maestro de la aldea y pedirle un consejo. Ambos empezaron al mismo tiempo:
_ ¡Nosotros somos lis últimos, los eternos olvidados! Queremos también ser admirados… ¡ser como las flores!
_No_ contesto el maestro. _No sois ningunos desgraciados. Vosotros conocéis y entendéis el sentido de vuestra misión en la tierra_
_Sí, pero nosotros también necesitamos del amor y de la admiración de los demás.
_ Tened paciencia, ¡ya llegará el momento … y os aseguro que jamás volveréis a pensar que queréis ser flores.._ concluyó el maestro.
Bambú y sus amigas las plumas, no se fueron muy convencidas de las palabras del Gurú. Les seguía pareciendo muy cruel su destino y volvían quejándose en el camino de vuelta a casa.
Pasó algún tiempo desde aquel día y una mañana el pavo real se sacudió enérgicamente… ¡Oh no!, las plumas se le cayeron al suelo.
En ese mismo instante, llegó el amo del bambú e intentando reconocer a las flores, lo cortó por falta de espacio.
Entonces los dos en el suelo, sin ninguna esperanza, se lamentaban desesperadamente:
_¡Pobres de nosotros, ahora ya estamos completamente perdidos!
Al llegar el atardecer, el maestro de la aldea salió a dar un paseo y viendo a bambú y las plumas esparcidos por el suelo, les recogió y los llevo a su refugio espiritual.
Con la caña de bambú, comenzó a elaborar una hermosísima flauta. También limpió y arreglo las plumas, con las que diseñó y creó una exuberante corona.
A la mañana siguiente cuando el sol comenzaba a salir, el maestro se dirigió al templo del Señor Sri Sri Krishna (la suprema personalidad De Dios). Junto con el llevaba la mágica flauta y La Corona de plumas.
Al presentarse ante el supremo, el maestro le entregó la flauta y reposó La Corona de plumas sobre su cabeza.
Satisfecho, contempló la forma hermosa del Señor y después les preguntó..
_ Entonces… ¿todavía queréis ser flores?
_Claro que no, ¡ Yano queremos cambiar! ¡Ahora somos felices! Las flores se marchitarán… pero nosotros ¡ahora adornamos la Santa cabeza de Sri Sri Krishna y con la flauta de bambú ahora tocará sus dulces melodías. ¡Qué hermoso y noble destino el nuestro!
•Moraleja microcuento•
« Aunque pensemos que todo está en nuestra contra y que el mundo conspira para dañarnos, nada más lejos de esto. Tras las ruinas se construyen grandes construcciones y nosotros, siempre renacemos. Nunca una caída debe quitarnos las ganas, sino enseñarnos que todo pasa por algo, aprender de ello y disfrutar de lo que venga»
¿ Y tú, qué aprendizaje sacas de éste microcuento hindú? Déjanos tus impresiones en comentarios ¡te leemos!
NAMASTÉ