El yoga tienen efectos muy poderosos tanto en adultos, como en niños. Pero no olvidemos, que lo que para adultos es beneficioso, muchas veces para los niños no lo es.
En éste artículo, te doy todas las pautas necesarias para aprender a identificar que tipo de yoga necesitan esos niños, según su edad. ¡No te lo pierdas!
Hace ya algunos años, los niños y niñas eran mucho más activos que en tiempos actuales. Los juegos en la calle con vecinos, amigos y primos…. haciendo deporte, jugando al pilla pilla y tocando a los timbres de los portales, para luego salir corriendo… tristemente han sustituidos por el sedentarismo. Estar sentados frente a un ordenador, o una consola, está a la orden del día.
Las exigencias académicas, la presión familiar y escolar, sumada a una dejadez absoluta por nuestro sistema educativo en actividades que involucren el desarrollo del arte y la consciencia, hacen que esté habiendo un aumento de estrés infantil y trastornos emocionales y psicológicos.
Y os preguntaréis… ¿porqué os cuento todo ésto? Pues bien, está comprobado que aquellos niños que hacen ejercicio y desarrollan su creatividad y su consciencia, son menos propensos a desarrollar enfermedades como obesidad, diabetes etc… Además se encuentran mejor consigo mismos, tienen relaciones sociales estables, ven la vida de una manera mucho más positiva y duermen mejor que quien no lo hace. Todo ello combinado con una relación saludable con el alimento, hace de un niño una persona completa y estable.
Y que mejor actividad que el Yoga. Donde fomentan todo lo arriba nombrado, en una sola actividad.
Naturalmente, a los niños les puede beneficiar tanto como a los adultos la práctica de yoga, pero… tengamos en cuenta la posibilidad de que ciertos aspectos que practicamos los adultos, no sean apropiados para ellos. Pincha en éste enlace para saber la multitud de beneficios que el yoga puede aportar tanto a pequeños como a adultos.
Al crear secuencias de clases de yoga para los más pequeños, es muy importante tener en cuenta su estado de desarrollo. Los cuerpos de los niños, son bastante más flexibles y aun siguen en crecimiento y desarrollo por lo que son más «blanditos» y ésto es un aspecto a tener en cuenta.
A continuación te marco las pautas a seguir para cada tipo de edad.
Coge boli y papel y ¡no te pierdas nada!
Yoga para niños de enseñanza primaria (entre 6 y 11 años)
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- Ten en cuenta que el yoga es una manera de canalizar toda esa energía que cualquier niño de ésta edad tiene. Trata de hacerlo de una manera donde tomen conciencia de sus cuerpos.
- Los pequeños de ésta edad, con súper creativos asique ¡atenta! con la forma de hacer las asanas, expresarán esa creatividad.
- Ofrecerle la práctica de yoga como un juego, te ayudará mucho a captar su atención.
- Intenta que la práctica tenga un tiempo entre 30 y 40 minutos, según el nivel físico de los más pequeños. Para que no se terminen aburriendo y se queden con ganas de más.
- Un tuco muy beneficioso, es recurrir a la fantasía. Podemos ayudarnos de personajes mitológicos de cuentos, música o juegos.
- Intenta usar asanas con nombres de animales, o relacionados con la naturaleza e imítalos con la postura física. Será muy entretenido para ellos.
- Puedes hacer algunos ejercicios en pareja para fomentar su comunicación.
- Realiza asanas y prácticas sencillas. No olvides que los niños al ser tan laxos, tienen mayor riesgo de lesión.
- Evita las posturas invertidas.
- Haz una primera toma de contacto con la respiración. Elijiendo un pranayama sencillo, o simplemente enseñándoles a inhalar, exhalar y retener con calma y profundidad.
- Durante savasana, relata un cuento que puedan visualizar y así hacer más amena su relajación.
- Dedica unos minutos al principio de clase para preguntarles y dejar que interactúen. Comenzarán la clase con más ilusión.
- Por último, y un consejo para tí «profe» ESCUCHA. Los más pequeños siempre tienen algo que enseñarnos.
Yoga para niños de enseñanza secundaria (entre 12 y 16 años)
- Puedes dar un repaso a la lista que te deje arriba, en las pautas con niños de primaria. Muchas de ellas pueden ser aplicables para todo tipo de edades.
- Puedes enseñarles algún tipo de pranayama un poco más complejo, por ejemplo ujjaji pranayama.
- Igual que con los más pequeños, debes limitar la práctica a un máximo de 45 minutos con el savasana incluido.
- En éste nivel de edad, puedes comenzar a meter asanas y secuencias gradualmente de mayor intensidad y preparación física. Siempre y cuando tengas en cuenta el estado de cada alumno.
- Pregunta a los niños, al comienzo de clase qué les apetece hacer, si algo más relajado o un poquito más activo. Que sientan que forman parte de las decisiones sobre la clase, les hará sentir más implicados.
- Comienza también a enseñarles las variantes de Surya Namaskar (saludo al sol), que tomen conciencia de los avances en su práctica.
- Es buen momento para introducir poco a poco pequeñas meditaciones guiadas de no más de 6 minutos.
Yoga para niños de bachillerato (entre 16 y 18 años)
- Repasa todas las directrices anteriores, para aplicar la que creas conveniente, también para niños más mayores.
- Puedes ampliar el tiempo de tu práctica a máximo una hora, con savasana incluido.
- Es momento de crear secuencias, de ir entrelazando una asana con la siguiente a través de un movimiento fluido, sin pausas entre medias. ( Limítate a no secuencias más de 4 asanas, para que sea asequible para ellos(.
- Puedes comenzar también a introducir pranayamas más complejos, como nadhi shodhana.
- Las invertidas y los equilibrios sobre brazos les parecerán una manera muy estimulante de seguir con su práctica. ¡Atrévete!
- Puedes darles un puntito más de motivación, si invitas a los alumnos más preparados físicamente a que prueben y asistan una clase para adultos.
Y con ésta pequeña guía y consejos, espero haberte servido de mucha ayuda para tu primera toma de contacto con los más peques de la casa. Recuerda que el yoga es un mundo infinito, como nuestra página… y que con los niños se abren aún más las posibilidades de crear, imaginar y descubrir. Disfruta de ellos en éste maravilloso camino y ¡Atenta!, porque en cualquier momento, ellos acabarán siendo tu maestro.
NAMASTÉ