El yoga considera la respiración como un puente entre el cuerpo físico y la mente. En este artículo, comentamos las respiraciones físicas: purificadora, rejuvenecedora y espiritual. Ciertas modificaciones en el ritmo, intensidad, volumen, etc. tienen efectos en nuestro cuerpo. De esta base derivan una serie de técnicas respiratorias destinadas a regular el proceso de la respiración conocidas como «Pranayama» y cuyos principales objetivos son:
- Purificación a nivel físico, energético, mental y espiritual.
- Equilibrio de las energías vitales.
- Aumento del nivel de energía y mejorar su distribución.
- Estabilización la actividad mental.
- Aumento de la capacidad pulmonar y de la resistencia al realizar esfuerzos físicos.
Tras la realización de una actividad de alta intensidad, respirar de forma correcta ayudará a que nuestro cuerpo recupere un ritmo normal de forma más rápida.
Si te perdiste la primera y la segunda parte, te las dejo aquí:
Primera parte: Respiraciones armónica, pránica y revitalizadora
Segunda parte: Respiración inspiradora, perfeccionadora y vibro-magnética
En esta tercera parte, veremos las Respiraciones físicas: purificadora, rejuvenecedora y espiritual
Respiración purificadora
La respiración purificadora que debes incorporar a tu programa de las mañanas es la siguiente:
1.-De pie con la espina dorsal derecha y con los brazos ligeramente firmes a los lados. Piernas y nalgas firmes. Los talones tocándose entre sí y las puntas de los pies separados.
Debes empezar con dos respiraciones y aumentar gradualmente hasta siete.
2.-Lleva ambos brazos atrás de la espalda, tan lejos como te sea posible, con los pulgares cruzados. En esta posición toma una inhalación completa y retén el aliento.
3.-Mientras retienes el aliento lleva los brazos lentamente a los lados, con las palmas hacia las piernas. Eleva los brazos al frente, luego hacia arriba de la cabeza y regrésalos a la posición original, atrás del cuerpo y bajándolos por detrás. Haz esto tres veces mientras permaneces con el aliento retenido.
4.-Después trae los brazos a los lados y exhala vigorosamente a través de los dientes.
5.-Repite los pasos 2, 3 y 4 siete veces. Es decir, debes tomar siete respira- ciones completas.
6.-Al terminar tu última exhalación relaja completamente todo tu cuerpo, baja la cabeza hacia adelante y haz lo siguiente: trata de sentir calor en la base de la espina dorsal. Siente que este calor sube lentamente por la espina penetrando en la cabeza. Ahora siente que el calor se proyecta hacia arriba y afuera de tu cabeza. Ahora permanece en un estado de total relajación física y mental, por uno o dos minutos. Posteriormente, sal del ejercicio.
Respiración rejuvenecedora
La respiración rejuvenecedora que debes incorporar a tu programa de las mañanas es la siguiente:
1.-De pie con la espina dorsal derecha y con los brazos ligeramente firmes a los lados. Piernas y nalgas firmes. Los talones tocándose entre sí y las puntas de los pies separados.
Debes empezar con dos respiraciones y aumentar gradualmente hasta siete.
2.-Pon las manos sobre las caderas y con los codos hacia adelante. En esta posición toma una inhalación completa.
3.-Con el aliento retenido inclina el cuello hacia adelante tanto como pue- das, después levanta la cabeza y empújala hacia atrás, tanto como puedas. Haz esto tres veces.
4.-Regresa la cabeza a la posición original y exhala vigorosamente todo el aliento entre dientes. Sin respirar inclínate hacia adelante tanto como puedas, después hacia atrás tanto como puedas. Haz esto tres veces.
5.-Repite los pasos 2, 3 y 4 siete veces. Es decir, debes tomar siete respira- ciones completas.
6.-Al terminar tu última exhalación relaja completamente todo el cuerpo para que la energía circule libremente en tu interior. Baja ligeramente la cabeza hacia adelante y permanece en un estado de total relajación física y mental por uno o dos minutos. Posteriormente, sal del ejercicio.
Tu propia respiración espiritual
La propia respiración espiritual que debes incorporar a tu programa de las mañanas es la siguiente:
1.-De pie con la espina dorsal erecta y con las piernas separadas (éste es el único ejercicio con los pies separados)
Debes empezar con dos respiraciones y aumentar gradualmente hasta siete.
2.-Coloca las manos sobre las caderas. En esta posición toma una inhalación completa y retén el aliento.
3.-Mientras retienes el aliento y con el cuerpo rígido inclínate hacia la derecha, tan lejos como te sea posible y luego hacia la izquierda, tan lejos como te sea posible. Haz esto tres veces.
4.-Al completar el tercer movimiento regresa a la posición vertical y exhala vigorosamente entre dientes.
5.-Repite los pasos 2, 3 y 4, siete veces. Es decir, debes tomar siete respiraciones completas.
6.-Al terminar tu última exhalación junta las piernas con los talones tocán- dose entre sí y con las puntas separadas. Relaja completamente todo tu cuerpo, baja ligeramente la cabeza hacia adelante y haz lo siguiente: trata de sentir que una gran cantidad de energía sale por tu coronilla y se proyecta hacia afuera, tan lejos como te sea posible. Imagina un chorro de luz de oro saliendo arriba y afuera. Mantén la sensación anterior por unos cuantos segundos y luego empieza a sentir que la energía que has proyectado hacia arriba y afuera empieza a regresar a ti, pero desde todos los puntos, de todos lados, envolviéndote completamente y penetrando por todos y cada uno de los poros de tu cuerpo, llenándote de luz.
Una vez realizado lo anterior, acuéstate. Coloca las manos sobre el abdo- men y cruza las piernas. Cierra los ojos y permanece en un estado de total relajación física y mental por unos cuantos minutos. Siéntete muy feliz y da gracias.