¡Muy buenas querida lectora! Si te encuentras leyendo éste artículo, significa que aún tienes alguna duda sobre cómo construir la estructura de tu clase de yoga, ¿cierto? En éste artículo, podrás encontrar algunos trucos y guías para facilitarte un poquito ese trabajo. Coge boli, papel y ¡no te pierdas nada!
Para aprender a secuenciar una clase de yoga, lo más importantes conocer las bases y después todo queda a tu creatividad.
Es muy importante ofrecer a tus alumnos variantes de una misma postura, para promover la individualidad. Conecta con tus alumnos, no solo para ajustar, y muévete por la sala de vez en cuando para que sientan que estás ahí, cerca de ellos.
Una vez que hayas elegido tu objetivo (ya sea físico, o quieras tratar un tema energético), hay que definir cual es el camino que tomarás para llegar hasta él. Ésta, es la parte más importante, ya que una buena secuencia preparará el cuerpo de manera natural, para ayudar a tu cuerpo a llegar al clímax deseado.
Siempre, cuida los límites en base al nivel en el que se encuentre tu grupo; pero con la debida preparación, notarás que poco a poco se puede alcanzar mayor profundidad en las asanas.
Aunque al fin y al cabo todo va unido, vamos a proponerte dividir la estructura de tu clase de yoga en 5 pasos que nos ayudarán a alcanzar nuestro propósito.
1.PRESENCIA Y ESCUCHA
El principio de cualquier experiencia de yoga, ha de ser la escucha. En esa escucha, nos colocamos en estado de vacío para percibir lo invisible e inesperado. Recordamos que estamos estableciendo contacto con algo sagrado y puro.
Te detienes en el momento presente, invitando al cuerpo a sus primeras respiraciones conscientes. Se puede iniciar sentado, tumbado o en una postura restaurativa. Consiste en la primeras sensaciones corporales, observación de las emociones , el movimiento de la mente y de la energía.
Aquí, e buen momento para introducir el mantra Om, para centrar la mente, bajar el ritmo del día y entrar en la práctica de una manera calmada.
Es un buen momento para elegir un Pranayama ( pincha en éste artículo, para conocer todos los tipos de pranayama que puedes usar ) acorde con el trabajo de la sesión. Y también podemos incluir una pequeña meditación.
2.CALOR
Comienza a mover el cuerpo de una manera suave, lenta y atenta. Puedes empezar a calentarlo con los movimientos principales de columna, como: flexión, extensión, inclinación lateral , y torsión. Incluye movimientos asimétricos que preparen las articulaciones y músculos para mayor compromiso de la siguiente etapa. Es positivo incluir posturas que aumenten el fuego interno, sosteniendo y rato alguna asana. Las posturas que elevan los brazos, también elevan el ánimo y reducen la pereza.
Aquí podemos incluir el Saludo al Sol o cualquier tipo de vinyasa corto.
3.PASIÓN
Después de preparar, calentar y guiar a nuestro cuerpo-mente, entramos en la etapa donde expresas tu dedicación y honestidad con la práctica. Te sales de tu zona de confort, para explorar tus límites, con posturas que supongan un reto saludable para tu sistema. En éste punto, alcanzaremos el objetivo físico. Es el momento para las posturas cumbre que quieras trabajar en la sesión. Es el momento de sostenerlas con varias respiraciones conscientes y lentas.
4.RENDICIÓN
Compensación o contra postura. Después de la postura objetivo, es necesario incluir posturas que trabajen los músculos antagonistas, para liberar y compensar los músculos que trabajaron principalmente. Aquí incluye el descenso de la pasión con posturas que te encaminen poco a poco hacia Shavasana. Vas bajando el ritmo con posturas invertidas, de flexión, secuencias relevantes en la tierra, posturas restaurativas, etc….
Si no lo has hecho al principio de la clase, éste punto es un buen momento para meter algún ejercicio de Pranayama.
5.INTEGRACIÓN
Relajación en Shavasana, o variantes apropiadas cuando es necesario, sin apoyos o con ellos. Es necesario que desaparezca toda participación física. Es el turno de que el cuerpo integre y organice todo lo trabajado para generar coherencia. Cuando se da esa coherencia fisiológica, experimentamos el sentimiento de amor incondicional y de conexión con todo lo que nos rodea. El sistema nervioso, genera una cualidad de sosiego que identificamos con bienestar y felicidad.
A éste estado en yoga, se le llama Ananda (dicha) y pertenece a la envoltura espiritual en la que culmina la experiencia humana, donde se funde con una experiencia divina, la conexión con el todo.
Aquí también es un momento idóneo, para incorporar una pequeña meditación.
Y bueno, hasta aquí mis consejos para ayudarte con la estructura de tu clase de yoga. Éstos son sólo algunos puntos básicos que te facilitarán crear una secuencia inspirada y coherente para ir avanzando en tu práctica poco a poco. Recuerda, que lo importante, es ir construyendo las asanas de manera gradual y consciente, para evitar posibles lesiones.
Dependiendo de tu estilo de práctica, puedes hacerlo más fluido, más fuerte o más restaurativo.
Y por si algún te queda algún tipo de duda, te ofrezco un ejemplo de una clase estructurada para trabajar la apatía . En ella podrás ver como he desarrollado con ejemplos de asanas la estructura de la clase de yoga, según los puntos arriba mencionados:
EJEMPLO:
Como ejemplo de una clase para tratar la apatía o la depresión, una buena postura clave, es una extensión de columna. Dhanurasana (o postura de la rueda), sería una muy buena opción.
Puedes comenzar con Saludos al Sol y dspués con torsiones suaves que empiecen a darle movilidad a nuestra columna. Continuaremos con posturas que ayuden a la apertura de hombros y pecho, así como a extender el psoas. Virabhadrasana I (postura del guerrero I), y Anjaneyasana (postura de la luna creciente), son dos ejemplos de posturas que puedes usar en tu secuencia. Para finalizar, puedes usar algunas posturas de torsión, para realinear la espalda, como Ardha Matsyendrasana (media torsión sentada) y flexiones como Uttanasana (pinza de pie), o Paschimottanasana (pinza), que nos ayudan a extender los isquiotibilaes. Alguna invertida para elevar la energía y dirigirla hacia el cerebro, con Sarvangasana (postura de la vela).
Y para ponerle el broche final a nuestra clase, nunca debe faltar una buena relajación en Shavasana.
Espero de corazón, poderte haber servido de ayuda para hacer de tus estructuración de clases un trabajo más fácil y ameno.
¡No dejes de leernos!
NAMASTÉ