Muchas personas ven, de repente, truncadas sus vidas a consecuencia del Daño Cerebral Adquirido (DCA). Imagina que de un día para otro ya no puedes mover del mismo modo que antes tus extremidades, te cuesta concentrarte, memorizar datos, eres incapaz de articular palabras, etc. Toda tu vida se ve modificada por un instante.
Si el daño cerebral sufrido es severo, la persona experimentará unas secuelas de por vida. A partir de ese momento, comienza un nuevo proceso de aprendizaje, a veces muy lento, otras veces rápido, y otras, casi imperceptible. Con la mejor de las suertes, el afectado podrá conservar algunas capacidades físicas, cognitivas y/o conductuales que le permitirán realizar las actividades de la vida diaria de forma similar a como las hacía antes. En otros casos, las secuelas podrán ser más limitantes, y la persona precisará de una rehabilitación multidisciplinar, que incluya un equipo de profesionales que trabaje de forma coordinada para desarrollar un plan de intervención, con el objetivo de aumentar la calidad de vida de la persona afectada de DCA, y optimizar sus capacidades físicas, cognitivas y emocionales preservadas. En este artículo, veremos qué nos puede ofrecer el yoga en personas con daño cerebral como herramienta de rehabilitación.
¿Qué es el DCA y qué secuelas puede tener?
El Daño Cerebral Adquirido (DCA) es una lesión súbita que puede producir secuelas físicas, psicológicas y sensoriales, por lo que las personas que han sufrido esta dolencia pueden presentar anomalías en la percepción sensorial, alteraciones cognitivas y alteraciones emocionales y de la personalidad.
Las causas por las que puede aparecer el DCA son múltiples:
- Un traumatismo craneoencefálico (TCE).
- Un accidente cerebrovascular (ACV).
- Tumores cerebrales.
- Anoxias (falta de oxígeno) en el cerebro.
- Infecciones.
Los traumatismos craneoencefálicos se suelen producir por accidentes. Muchas de las personas jóvenes que sufren un DCA ha sido como consecuencia de golpes violentos que les ha provocado el daño.
El ictus, por otro lado, se produce cuando se interrumpe de manera repentina el flujo sanguíneo en alguna región del cerebro, lo cual provoca isquemia (disminución de la circulación de la sangre a través de las arterias), con la consecuente pérdida de la función responsable de ese área del cerebro.
En el caso de los tumores, las células anormales crecen y se multiplican en el cerebro o alrededor de él, limitando las capacidades.
Estas circunstancias producirán, por tanto, una serie de secuelas, que podemos dividir en cinco grandes grupos:
- Déficits en el nivel de alerta o atención.
- Pérdida de memoria.
- Problemas de control motor.
- Alteraciones conductuales y emocionales.
- Dificultades en las actividades básicas de la vida diaria.
- Déficits en el lenguaje (afasia).
Si quieres más información sobre esta patología neurológica te dejo el link a la página de la Federación Española de Daño Cerebral.
El Yoga como herramienta de rehabilitación
Como ya hemos visto, el daño cerebral aparece de manera súbita en la vida de las personas y pueden implicar trastornos sensorio-motores, emocionales y conductuales. Estas personas manifiestan un profundo cambio en sus vidas y, en muchas ocasiones, se encuentran con la incomprensión y el rechazo hacia sí mismas y de su propio entorno.
El Yoga es una una ciencia que abarca prácticamente todos los planos y esferas en las que se desarrolla el ser humano: el equilibrio psicofísico y energético, la armonía con el entorno, la serenidad del espíritu. Es una disciplina que puede ayudar a personas afectadas de DCA a una recuperación más temprana y estable.
El Yoga es la vía o sendero que nos enseña a encontrar el equilibrio psicofísico a través de la práctica de las Asanas, los Pranayamas, y la Meditación.
A través de las Asanas establecemos una consciencia especial diferente en cada parte de nuestro cuerpo, desarrollando un sentido de respeto, valor y compasión hacia toda esa esfera material que forma parte de nosotros: cada órgano, cada miembro, cada célula. Procuramos así ver el cuerpo como la sede de la persona, del Yo; como un vehículo sagrado para nuestro servicio, el templo donde tiene lugar el encuentro con el propio ser.
Las asanas no solo implican un movimiento articular y una posición determinada en el espacio. Cada una de ellas contiene un significado profundo, que penetra en nuestra concepción mental, en nuestros procesos cognitivos y en una revelación energética y espiritual cuando profundizamos y meditamos sobre ellas.
El Pranayama es otro vértice de la piedra angular del Yoga: el control de la respiración implica el funcionamiento correcto todos los sistemas de nuestro cuerpo, así como el control de la labilidad emocional y del flujo continuo de pensamientos que muchas veces se manifiestan en nosotros. La respiración se convierte en un puente que conecta el cuerpo con la mente: el Yo con el Todo.
Enseñanzas del Yoga
En el plano mental, la identificación de los pensamientos y la conciencia de los mismos, van a ayudar a poder controlar de una manera más efectiva nuestros estados emocionales. De esta forma, podremos identificarlos, captando el pensamiento que los desencadena y que da lugar a ellos. Así, se alienta también a modificar la propia conducta: trabajamos con el pensamiento positivo.
Este triángulo se cimienta sobre una base sólida donde tienen lugar los principios del Yoga. La compasión, la no violencia, el respeto, la humildad, la verdad, la aceptación, el contento, la positividad. Estos son algunos de los muchos valores que la práctica del Yoga, en cualquiera de sus sendas, ha de intentar transmitir.
Sentimientos de pertenencia, de amor, de compasión, de alegría, de positividad y de aceptación pueden ayudarnos a llevar una vida más digna, a valorarla en toda su dimensión y medida. En el caso de personas afectadas por DCA, aprender que la vida es un lienzo en blanco con el que puedes cargar, o sobre el que puedes pintar en cualquier momento, en cualquier instante.
Practicando Yoga con DCA
En un centro de rehabilitación de DCA, los usuarios realizan cada día distintos ejercicios y actividades que les ayudan a mejorar su autonomía personal y su integración social. Disponen de fisioterapeutas, psicólogos, logopedas, terapeutas, etc.
El objetivo de la práctica del Yoga en personas con daño cerebral, es el yoga esencial, el que comulga con la idea del desarrollo de la conciencia personal. Así pues, las clases se sustentan sobre una base práctica de asanas, en las que vemos distintas secuencias que, aun siendo constante cada día, vamos explorando y conociendo poco a poco. Así mismo, mediante las distintas técnicas respiratorias vamos acercándonos al conocimiento interior a través de la respiración. Por último, una relajación donde nos convirtamos en exploradores de nuestro cuerpo, de nuestra mente y de toda nuestra vida interior.
Las asanas
De las personas que sufren DCA, muchas presentan dificultades motoras, desde hemiplejias, espasticidad de algunos miembros, hasta la imposibilidad de mantenerse de pie. En el yoga en personas con daño cerebral, las asanas habrían de ser con bases sólidas y amplias: sedentes y supinas son las más usuales, con el tiempo, introduciremos las cuadrupedias y, quizás, las de bipedestación.
Por ahora, trabajamos sobre la base de las que nos permiten tener un apoyo amplio. El Sastre, el Bastón, se convierten en las grandes aliadas para las posturas sedentes. Mediante éstas, construimos cientos de asanas y de historias: torsiones, lateralizaciones, flexiones, concentración, meditación….
Las asanas supinas, nos permiten una mayor base, gracias al contacto con el suelo, y desde ahí articular nuestros miembros de un modo seguro y afianzado. El Pilar, el Puente, el Nido de los vientos, el Cocodrilo o la Mariposa Extendida son aquellas posturas que vamos a ir explorando en nuestro camino de comprensión y autoconocimiento.
En general, se trata de ver el cuerpo poniendo toda nuestra intención y nuestro ser en él, entendiendo su propio lenguaje, comprendiendo su propia idiosincrasia y utilizándolo como una vía de autoconocimiento.
AQUÍ tienes más información sobre los tipos de asanas del yoga.
Los Pranayamas
Los Pranayamas son, a su vez, aquellos que nos sirven de base para desarrollar con posterioridad los más avanzados: la Respiración circular, la Respiración Triangular, la Respiración Victoriosa, o la Respiración Equitativa son algunos de los que vamos trabajando, para así prestar atención al pensamiento, y con el pensamiento a las emociones. Comprender la relación unívoca que existe entre la respiración y lo que sucede en nuestra mente.
Las Meditaciones
Y dentro de la práctica, el momento de las meditaciones, o también de la relajación del cuerpo. Vida, amor y humor son nuestros pilares básicos en los que sustentar toda la práctica del Yoga en personas con daño cerebral. Entender la vida como ese lienzo en blanco con el que puedes cargar o sobre el que puedes pintar tu historia. El amor como ese halo que todo lo envuelve y que te permite disfrutar de cada momento. Y la risa como reflejo de la alegría del alma, de la alegría de la existencia, única e irrepetible.
Relajación y Mantras
Y por último, la relajación, en la que se pondrán de manifiesto los aspectos psicológicos de la práctica de yoga en personas con daño cerebral correspondiente. Introduciremos los principios, valores y filosofía del Yoga como medio de alcanzar el desarrollo personal y espiritual. Un momento en el que confluye todo lo obtenido hasta el momento para darle una unión, un sentido total a la práctica.
La despedida de la clase se realiza mediante el canto de un mantra repetidas veces, para no olvidar que somos unión, que somos Yoga.