El Dharma es el alimento de tu alma, amarla es tan importante como beber, comer o respirar aire puro. ¿Has escuchado hablar del Dharma anteriormente? ¿Le das el cuidado necesario para tener una salud plena y satisfactoria? Hoy en día se le da muchísima importancia a nuestro cuerpo físico, deporte, agua, comida sana, etc. Pero nos olvidamos de nuestro lado espiritual, ese lado energético que tiene tanto que ver en nuestra salud como el cuidado de lo material. En esta entrada conocerás más sobre el Dharma y estarás más cerca de saber si le estás dando el cuidado necesario. ¡Quédate conmigo!
¿Qué es el Dharma?
Dharma es una palabra sánscrita que significa ‘protección’. Protección de nuestro Yo interno, nuestro alma, nuestro espíritu, nuestra energía… que cada uno le llame como más cómodo se le haga. Hablar del Dharma pone nuestra atención en el interior, pero no en los óganos materiales, sino en la energía vital, esa energía que nos permite mantenernos en vida y cuidarla es de alto valor al mismo tiempo que el gran olvidado.
Por decirlo de otra manera, somos seres energéticos con un cuerpo material que nos permite transitar por el mundo y llevar a cabo las experiencias terrenales. Estas palabras puede que te vengan grandes, puede que no entiendas las cosas y pienses que me he caído de un pino, pero no es así. La cuestión que estoy queriendo explicar es la diferencia del cuerpo material con el cuerpo energético, y ahí si estaremos de acuerdo que hay algunas experiencias que alimentan nuestro cuerpo energético y otras actividades que alimentan el material
Propósito de vida
Podemos decir que el Dharma se resume en nuestro propósito de vida, con todo lo que esto conlleva. ¿A qué he venido yo aquí?, ¿qué es lo que puedo aportar al mundo?, ¿qué es aquello que se me da bien y el mundo necesita? Demasiadas preguntas por responder a la hora de conocer nuestro Dharma. Determinar nuestro propósito de vida no es como elegir qué estudiar, va mucho más allá y requiere de un conocimiento mucho más amplio de nosotros mismos.
Saber quiénes somos, nuestras creencias, nuestros valores, nuestros talentos, nuestras fortalezas y debilidades, etc. Puede que ahora mismo creas que puedes contestar a estas preguntas, pero es posible que estés creyendo ser una persona que en realidad no eres.
Déjame explicartelo con otras palabras, desde pequeños nos educan de una forma u otra, variando nuestra forma de ser y pensar según la zona geográfica y el nivel de vida que llevemos, entre otras cosas. Somos hojas en blanco que los de nuestro alrededor van escribiendo en ella aportando lo mejor que pueden, y eso que escriben ellos es el resultado de nosotros como personas. Pero, ¿alguna vez paramos a plantearnos aquello que ‘somos’? Pocas personas lo hacen, y ahí está el verdadero secreto para conocernos de verdad.
Por ello te digo que a lo mejor crees ser una persona que en realidad no eres, ya que eres aquello que unos terceros escribieron en tu hoja de vida, y tú lo has entendido como tuyo.
La ley moral y el Dharma
Como antes he mencionado, para conocer nuestro Dharma tenemos que tener muy claro nuestra esencia, quiénes somos y a dónde queremos ir. Por decirlo de otra forma, tenemos que tener muy claro cuál es el mundo que queremos dejar y caminar hacia ese mundo con cada acción que hagamos.
Aquí es donde entran en juego las leyes morales. No son esas leyes que tu sociedad te ha inculcado, tampoco tu familia, ni tus jefes. Son esas leyes que has creado tu con el tiempo y con tu manera de entender la vida. Claro que hay unas leyes morales que son de la mayoría de nosotros, pero hay otras que ya varían, como puede ser el comer animales, o comprar ropa sabiendo la existencia de la exclavitud detrás de ello, etc.
Son decisiones que tomamos una vez nos hacemos conscientes de algo que no nos era familiar y no es algo que queramos en el mundo. Por eso, cambiamos nuestros actos, cambiamos nuestra forma de ver las mismas cosas de siempre, y cambiamos nosotros.
Las leyes morales, por así decirlo, son creencias guías que nos llevan a actuar de cierta forma para lograr un mundo mejor, nuestro mundo deseado. Ese propósito de querer conseguir algo y actuar por ello sería tu Dharma.
¿Qué me puede aportar el Dharma?
Te lo puedo responder brevemente: sentido vital. Pero vayamos un poco más a fondo y expliquemos más ampliamente. El Dharma es el alimento de tu alma, es lo que le da sentido a la vida, es lo que te motiva a hacer lo que haces, sin tener como objetivo conseguir algo material.
Hoy en día cada vez más personas se están ‘despertando’ en este sentido, cada vez más personas se están dando cuenta que en mucho años lo que ha dirigido nuestras acciones ha sido el dinero, pero ahora, con el paso de los años y con la elección a nuestro favor, vemos que el mundo tiene que estar dirigido por el Dharma de cada uno de nosotros, así pudiendo crear un mundo mejor sin el esfuerzo no deseado de ninguna persona.
¿Has pensado alguna vez en el estilo de vida que llevas?, ¿Qué dirije tus acciones? Muchos creeréis que lo dirijís vosotros sin ningún tipo de influencia, pero la importancia que tiene el trabajo en nuestras vidas y el espacio que coje en nuestro día a día, podemos llegar a la conclusión y afirmar de que nos movemos por el dinero.
He escuchado muchas veces que el dinero no es importante, que a alguien no le gusta el dinero, que el dinero sólo trae cosas negativas y arrogancia… en cambio es lo que nos mueve, es lo que nos hace despertarnos a las 7 de la mañana, sino antes, para ir a trabajar nuestras 7 horas como mínimo. Entonces, ¿a qué juego estamos jugando?
No olvides que el Dharma es el alimento de tu alma, y sin alma, nuestro cuerpo se queda en un mero robot qeu funciona con gasolina. Somos más que unos cuerpos llenos de órganos, somos vibración, y así nos tenemos que cuidar.
La importancia de una decisiones importantes en la vida
Ese ‘juego’ antes mencionado se llama vida. Esa vida que tu y yo ahora mismo la estamos disfrutando y no sabemos cuándo llegará a su fin. Tenemos unas leyes comunes, pero al final del todo somos nosotros mismos quienes decidimos actuar de una forma u otra. Somo nosotros quienes construimos nuestras creencias y les damos el valor que creemos que tienen.
Aun siendo los guías de nuestra vida, nuestros pensamientos, acciones y palabras no van de la mano. ¿Tan difícil es igualarlos? No, no es nada difícil, pero requiere de silencio, observación interna y disposición a un cambio personal, y eso amigo mío, si que es difícil.
Tener claro nuestro Dharma no es una tarea difícil, aunque tampoco fácil, el camino para llegar a saber nuestro Dharma es lo que hace que poca gente llegue a ese objetivo y conozca de primera mano a dónde va y qué es lo que quiere hacer en este mundo. Pero como hemos dicho, el Dharma es el alimento de tu alma, y merece ser respetada como tal.
El Dharma, el legado que queremos dejar
Todos somos conocedoras de nuestros deseos, de aquello que queremos ver en el mundo y cómo lo queremos dejar, ese es nuestro legado deseado. Da igual si ahora actúas conforme a lo que deseas o no, muchas veces solemos actuar con total incoherencia, es de sabios aceptarlo. Pero una vez aceptado, es de comprometidos corregirlo. Corregir esas acciones que no te llevan al puerto deseado, e incluso puede que te alejen.
Ser consciente de estas acciones te hará más fácil el camino de vuelta, el camino que tienes que coger para ir por el camino que te llevará a tu Dharma, ese porqué. Recordando que el Dharma es el alimento de tu alma, es muy importante ser cuidadoso con él, por lo que es importante saber ciertos aspectos de nuestro Ego que nos impiden ese libre caminar, y son los siguientes:
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Los apegos
Somos de familiarizarnos y acomodarnos rápido de las cosas, así porque nos sentimos bien, nos aportan seguridad o porque nos aportan algo que en lo personal carecemos. Estar dispuesta a recibir, es tan importante como estar dispuesta a dejar ir. Todo es energía, y sin dejar ir lo que no nos vale, será difícil que llegue aquello que necesitamos. La puerta de nuestra vida, nuestra casa y nuestro corazón siempre tiene que estar abierta, para que salga sin ningún impedimento aquello que ya no nos aporta y entre sin obstáculos aquello que necesitamos. El mantra para este momento podría ser ‘aporta o aparta’.
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El reconocimiento
Somos seres sociales, y ser halagados por nuestros seres queridos y por aquellos que son importante en nuestra vida, nos llena de energía. Pero esa energía va directa al Ego, es él quien se alimenta de esa energía, y no te va a aportar nada bueno en tu nuevo viaje de crecimiento como persona y cambios en la vida. Al Ego le gusta la seguridad, y si ve que puedes hacer algo que puede poner en juego su dignidad, puede sabotearte hasta el punto de no querer seguir con tu proyecto de vida. El reconocimiento tiene que llegar si o si, pero no por querer complacerlos sino por amor que te tienen.
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La incertidumbre
Como lo he mencionado arriba, la incertidumbre es algo que mata el Ego, porque se siente vulnerable, se siente sin control, y si algo le gusta es control total. El Ego actúa desde la supervivencia, y todo lo que quiere es ganar, ganar y ganar, sin perder nada de lo que ya tiene. En cambio, en el viaje personal es necesario estar dispuesto a perder, porque como dice un refrán, «el que no está dispuesto a perder, no está preparado para ganar». El que va con todas siempre gana, porque el fracaso es no intentarlo. Eso el Ego no lo acepta, pero si tu Yo real lo acepta, éste es mucho más poderoso que el Ego para poder acallarlo y seguir adelante.
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El poder de las palabras
Dime cómo te hablas y te diré hasta dónde llegarás. Si, si, el poder de las palabras es brutal en nuestro camino y en nuestro desarrollo. Las palabras externas son muy importante, esas que nos dicen los terceros, pero la clave está en las palabras que nos decimos nosotros a nosotros mismos. Hablarte con respeto, con amor y con determinación, hará que llegues lejos, pero tienes que ser consistente en esto. Hay algunas técnicas que ayudan a nuestro Yo estar más presente para acallar el Ego, que los explicaré en otra entrada.
Como hemos podido ver, el Dharma es todo un mundo y nada a la vez, algo complejo y simple, algo abstracto y concreto. El Dharma es tu guía y así es como tienes que actuar en tu vida, teniendo siempre presente tu Dharma.
¿Habías escuchado hablar del Dharma antes? ¿Crees que vas en el camino adecuado para conseguir una vida constante y comprometida en lo que haces, dices y piensas? No lo olvides, El Dharma es el alimento de tu alma, ¡cuidala!
¡Cuéntame en los comentarios! Te leo =)